LA PLATERÍA EN LAS IGLESIAS DE OLMEDO.
UN TESORO DESCONOCIDO.
José Carlos Brasas Egido
Catedrático de Historia del Arte
Universidad de Salamanca
La magnífica exposición que,
coincidiendo con la Semana Santa del año 2007, se muestra en la villa de Olmedo
constituye toda una revelación, pues hasta el presente la mayor parte de las
piezas ahora expuestas eran prácticamente desconocidas. El justificado celo
puesto en su conservación y custodia, ha
dado lugar a que ese rico y variado tesoro de orfebrería religiosa haya
permanecido hasta ahora prácticamente inédito. Salvo alguna excepción, el resto
de piezas pertenecientes a las distintas iglesias parroquiales de Olmedo no
había sido exhibido hasta ahora ni tampoco estudiado. De ahí el extraordinario
interés que reviste esta exposición, que viene a completar nuestro conocimiento
de la platería en la provincia de Valladolid.
Las piezas muestran un variado
repertorio que va desde la platería de fines del siglo XV y la del renacimiento
hasta las de estilo barroco y rococó. Por sus punzones comprobamos que las del
siglo XVI en su mayoría proceden de los talleres de Medina del Campo y Ávila,
destacando algunas de ellas marcadas por los Alviz, afamados plateros
abulenses. De tan variado conjunto de
piezas destacan las cuatro cruces parroquiales, ejemplares de muy buena
calidad. La más antigua es una cruz gótica flordelisada de finales del siglo XV
con bellas placas grabadas en sus brazos. Le sigue una formidable cruz
plateresca, perteneciente a la iglesia de San Miguel, obra de muy rica
decoración de grutescos “a candelieri”. La tercera es de la segunda mitad del
siglo XVI, también de fabricación abulense y de un estilo ya manierista.
Perteneciente a la iglesia de Santa María, ofrece una rica iconografía tanto en
su cruz propiamente dicha como en su hermoso castillete. La cuarta y última
cruz parroquial pertenece a la iglesia de San Pedro, como se comprueba en el
medallón del reverso, en el que se efigia a San Pedro como pontífice sentado en
cátedra.
La serie de cálices de plata que se
conservan constituye todo un muestrario de excelentes ejemplares que van desde
finales del gótico a los de época neoclásica, pasando por dos piezas realmente
espléndidas que corresponden al pleno renacimiento y al estilo rococó de mediados
del siglo XVIII. En los cálices góticos y renacentistas comprobamos de nuevo
las marcas de Medina del Campo y de Ávila –punzón de Alviz-, centros en los que
se labraron la mayoría de las piezas de las iglesias de Olmedo.
Asimismo son muy interesantes las
custodias de tipo sol conservadas, las tres del siglo XVIII. Dos de ellas son
de talleres salmantinos, como ponen de relieve sus punzones de localidad y de
los plateros que las marcaron Villarroel y Figueroa. Especialmente notable es
la primera que responde a la conocida tipología de ángel tenante del viril,
obra de cuidada factura y suntuosa decoración. La mejor no obstante es la
tercera custodia, que ostenta marca de Madrid y de un platero denominado
Donato. Es pieza cortesana de muy elegante diseño y con decoración de pedrería,
tal vez encargada y donada a la iglesia de San Miguel por Don José de Alaiza y
Zuazo, jefe de las Reales Tapicerías del rey Carlos de Nápoles y las dos
Sicilias (luego Carlos III de España) y ayuda de cámara del monarca, a cuyas
expensas se realizó en 1746 la capilla de la Virgen de la Soterraña.
Completa el conjunto de piezas
expuesto una variada serie de piezas de muy diferente función y tipología,
ejemplares que van desde unas crismera de finales del gótico a una hermosa naveta
del primer cuarto del siglo XVII con escudo del donante, pasando por dos
incensarios de época barroca, varios pares de vinajeras, un juego de sacras del
siglo XVIII, coronas de la Virgen, “lunas” de plata pertenecientes también a
imágenes de Nuestra Señora, candeleros, etc. De todo ese variado conjunto
destacan como piezas más notables un excelente hostiario y una cruz de altar, ambas del siglo XVI y
decorados con relieves con ornamentación de grutescos.
En suma, como podemos comprobar en
la citada exposición, las iglesias de Olmedo han conservado una colección de platería
muy sobresaliente, totalmente desconocida hasta ahora y con ejemplares de muy
buena calidad. Se trata de un verdadero tesoro de platería eclesiástica que
constituye un valioso legado de siglos pasados, un conjunto de orfebrería
religiosa que debemos conservar con esmero y que desde ahora ha de ser muy
tenido en cuenta dentro del rico e
importante patrimonio artístico que aún conserva la histórica villa.




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